Incluso con desafíos, germinan semillas de esperanza. Cuando se crean las condiciones para que niñas y jóvenes desarrollen su liderazgo, ellas se convierten en protagonistas del cambio social por la igualdad.
Antes de la Conferencia Global Ministerial, queremos resaltar el trabajo de tres países que están en diferentes etapas de su camino para poner fin a la violencia contra la niñez, y que tienen el potencial de hacer compromisos clave que pueden marcar una diferencia en las vidas de millones de niños, niñas y adolescentes.